El E-learning y yo

6 07 2010

Me gusta hablar por mí mismo, contando mi propia opinión o experiencia independientemente de que lo que digo se comparta o no. Huyo de modas y corrientes aunque procuro hablar de cosas que puedan interesante (hablarse uno mismo siempre se ha dicho que es cosa de locos).

Hoy me va a resultar complicado transmitir mi situación ante este tema porque tengo un sentimiento dual. Vamos a seguir con la explicación.

¿A quién no le ha mandado su empresa a hacer un curso por ordenador? yo creo que hay pocos que se libren. Este caso ya empieza mal porque «te mandan» y eso ya provoca rechazo… sin contar que probablemente es algo que no te interesa demasiado (el curso que siempre pides nunca te lo conceden porque es caro o dura demasiado). Lo segundo que a veces sucede es que te encuentras ante un PC con un curso tipo «ladrillo» que dormiría al más acérrimo de los insomnes… y eso seguro que te aburre como a una oveja merina (o de raza churra, la que prefieras). Y por último, quizá no sea un curso adecuado para impartirlo sin presencia de profesor.

De lo anterior puedes deducir que mi experiencia como E-alumno no es muy gratificante y quizá la tuya tampoco… pero te voy a contar mi experiencia como «tecnohumano» que es muy distinta.

Empecé a estudiar técnicamente el E-learning hace poco tiempo por cuestiones laborales (no me enrollo contando detalles) y aprendí cómo funciona una plataforma LMS («Learning Management System») y el empaquetamiento estándar de cursos, habitualmente en alguna versión de SCORM.  La creación de cursos se hace mediante algún paquete LCMS («Learning Content Management System»).

Trabajando con proveedores tecnológicos y de contenido me dí cuenta de dónde estaba el quid de la cuestión: sentido común más calidad.

Y es que la educación, sea virtual, presencial o mixta («blended learning») se basa en la buena calidad de los contenidos que se enseñan y la adecuada presentación de los mismos utilizando los métodos más adecuados.  Todos recordamos con cariño aquél profesor(a) que nos enseñó con cariño, autoridad en la materia, voz atrayente y algún experimento que nos entraba por los ojos ¿a que recuerdas alguien así?  Pues en la educación virtual sucede exactamente lo mismo.

Los cursos deben hacerse usando los métodos más adecuados… si la tecnología de E-learning es la adecuada, pues úsese; pero no la utilicemos sólo como una forma de reducir costes de formación.  Por otro lado, los contenidos deben ser preparados por especialistas en la materia y en la utilización del E-learning; y aquí hay que decir a más de uno que una secretaria que transforma una presentación PowerPoint a paquete de E-learning no es la mejor opción 😦

Y después de todo lo dicho voy a recalcar mi posición: «Estoy a favor del E-learning, del buen E-learning, utilizado con sentido común y con calidad de contenidos y de atención al alumno».

Fíjate si estoy convencido de ello, que estoy estudiando junto a un amigo la creación de una empresa relacionada con el E-learning que proporcionaría a profesionales independientes y pequeñas empresas (o grandes) la plataforma para albergar sus cursos para que sus alumnos accedan desde Internet ¿te apuntarías como e-profesor?

Además mi compromiso con el «open source» haría que probablemente utilice software de LMS libre como Moodle o Dokeos.